Fotos en Tenerife, Blanco y Negro

Gipmans Photography presenta:
Fotografía en blanco y negro La diferencia entre ver la realidad de una u otra forma, según la disposición de su orden, la composición de sus elementos o la tonalidad de sus colores, depende en gran medida de la manera en que pensamos el modo de enfocarla    En este caso, para concebir una fotografía en blanco y negro, no basta con mirar, hay que pensar en blanco y negro. Paisajes, retratos o cualquier otra variante, abarca un amplio abanico artístico que va más allá de su cromatismo, manifestando que la ausencia de color es un trampolín hacia la creatividad.     LA MAGIA DEL BLANCO Y NEGRO Como fotógrafos, nos enfrentamos constantemente a la toma de decisiones. En ocasiones, algunas de ellas son más difíciles que otras, incluso la mayoría de nosotros nos hemos podido ver bloqueados cuando la elección no es baladí, o fácilmente intuitiva. Los  ejemplos   son múltiples, y es que, seleccionado el motivo, nos podemos preguntar sobre qué tipo de iluminación es la idónea, si utilizamos luz artificial, qué momento del día es el mejor para disparar, si confiamos en la luz natural. Algo que nos da paso, a su vez,  a otro tipo de disyuntivas como son: la sensibilidad ISO más apropiada, la longitud focal del objetivo, la apertura y velocidad de obturación, el uso o no de un filtro determinado, etc. Todo ello dejando de lado los pasos de la postproducción y presentación final al que deseamos someter nuestra imagen una vez captada. Una de las formas que podemos luchar contra ese abanico tan amplio de opciones, es limitarlo estrechando la paleta de color a los tonos de grises. Esta opción podemos decir que resulta bastante natural, dado que durante muchos años la fotografía se desarrolló en blanco y negro, siendo el color un elemento introducido hacia la mitad del pasado siglo. Incluso el público tardó bastante tiempo en aceptar el color como un elemento consustancial al arte de la fotografía. Con la llegada de la fotografía digital, el uso del blanco y negro no viene condicionado por el material empleado, como sí lo estaba en la primera mitad del siglo XX, sino que es una elección vinculada al proceso creativo y estético. Incluso el procedimiento aceptado como estándar por todos lo fotógrafos digitales implica el disparar siempre en color y dejar para la postproducción la conversión a escala de grises. A la hora de crear una imagen en blanco y negro debemos tener siempre presente dos aspectos: el primero es que nuestra obra estará vinculada a la historia de la fotografía. La segunda es que el papel del espectador se vuelve más activo, dado que estaremos forzando su imaginación para rellenar el hueco dejado por la ausencia de información cromática. Ello es muy importante, dado que nos ofrece la capacidad de jugar con el poder gráfico presente en las imágenes monocromáticas.